sábado, 1 de febrero de 2014

Todo comenzó, mientras viajaba en un taxi...

Hello!! ¿Como están? Los saludo  desde la calurosa y bella  Santiago de Cali. Estoy feliz muy feliz como una lombriz y tengo un montón de cosas muy interesantes para contarles. No puedo precisar si estoy “hipersensibilizada” con el mundo de la psiquiatría o que puede ser, pero últimamente me encuentro con personas un poco… ummm… curiosas. Por ejemplo, queridos lectores, en la noche de ayer aborde un taxi y aproximadamente cinco minutos después el chofer me dijo que estaba escuchando voces.  Ya se imaginaran ustedes la cien mil y un cosas que alcance a pensar, mientras observaba a este sujeto por el espejo retrovisor y veía sus ojos un poco exaltados (siendo sutil). Mi mente medica, me decía: dale Meli! pregúntale que le dicen? ¿Cuántas son? ¿Confabulan contra ti? ¿Hace mucho las escuchas?.. No obstante, mi instinto de supervivencia me decía: ni se te ocurra listilla, recuerda que  vas a 80 km/h y probablemente la respuesta no te guste.  Ante la complicada situación, no pude más que mantener mi boquita cerrada y escuchar atentamente los relatos de este hombre, que se encontraba en aproximadamente la quinta década de la vida y me relataba el que en  algunas ocasiones le resultaba usual escuchar estas voces, que según afirmaba, eran de pasajeros suyos, jóvenes (como yo), que habían muerto. Extraña experiencia fue esta, pero aquí estoy contando la historia: D 



Adicional  les cuento que realice mi primer turno de psiquiatría. Es oficialmente el turno más largo que he realizado. El profesor me regaño por no almorzar, en Cali nos encontrábamos sin agua, andaba despeinada, me perdí buscando la habitación del paciente, el vigilante me miro raro la tercera vez que pase por el mismo lugar y muy a las 6 PM cuando estaba al borde de la hipoglicemia,  mi apreciado tutor me miro con sus ojitos amables y me dijo que había comido frijolitos en la casa del papa y después había tomado una siesta. Sí, yo sé, suena trágico! Pero creo que me he vuelto un tanto masoquista, porque hoy escribiendo esto, se esboza una sonrisa en mi cara recordando que la pase EXCELENTE. Fue como abrir un libro, pero en vez de historias pudiera tener personas dramatizando todo para mí. Pude ver de primera mano lo que es alguien con depresión e ideas suicidas, vi personas psicóticas, con demencias, trastornos adaptativos, síndrome de abstinencia, en fin, fue toda una aventura. Me fui, porque el profesor me despacho y el miedo que me multaran en el sitio donde había estacionado, estaba presente desde las cinco.

Hablando de situaciones curiosas, esta semana recibí la visita de alguien cercano a mí que por el momento cursa con depresión, me pareció extraño, pues estaba estudiando específicamente el tema. Asi que les cuento, esta es una enfermedad muy prevalente, lo que quiere decir que un gran número de personas la padecen en la población. Es por esto, que hablar de ella resulta muy importante, ya que la consulta oportuna por parte del paciente puede ser un acto que marque la diferencia.

La palabra depresión, viene del latín depressus que significa “derribado” o “abatimiento” según el diccionario etimológico. También, se relaciona con la teoría de los cuatro humores corporales, propuesto por Hipócrates, en la que relacionaban la bilis negra con los síntomas que actualmente se conocen como depresivos.   Previamente era conocida como melancolía, pero fue en el año de 1725 donde el Dr. Richard Blackmore le adjudico su nombre actual. Como dato interesante, este médico ingles, también era poeta, pero data la historia que fue uno de los peores.

Los síntomas de esta patología varían en un amplio espectro. Usualmente, los pacientes pueden estar deprimidos, irritables, con llanto fácil  y algo característico en ellos, la anhedonia, que es la incapacidad de sentir placer ante estímulos que previamente lo hacían.  Se puede observar también retardo motor, fatigabilidad que no se explica con la actividad física, bradipsiquía, ideas de desesperanza, muerte, minusvalía, y en algunos casos se pueden presentar síntomas de ansiedad los cuales suelen ser confusores. También se pueden presentar depresiones atípicas que cursan principalmente con hipersomnia y agitación.
El DSM IV establece 9 criterios diagnósticos. Pero es necesario que se encuentre la tristeza o anhedonia acompañado de por lo menos tres de los siguientes: pérdida de peso, alteración del ciclo sueño-vigilia, sentimientos de inutilidad o culpa, pensamientos recurrentes de muerte, fatiga o perdida de energia, ideación suicida.

Dependiendo del grado de afectación de la vida diaria, se divide en leve, moderada o severa. Esta última puede o no cursar con psicosis. Siempre es importante valorar posibles ideas suicidas. El grado leve se trata con psicoterapia y actividad física. A partir de moderado se adiciona terapia farmacológica.  El efecto del tratamiento suele demorarse entre 4-6 semanas en surgir efecto, lo cual puede generar angustia y abandono terapéutico en los pacientes.

Esta patología es más común en mujeres que en hombres en una relación 2:1. Suele presentarse en etapas productivas de la vida, aunque en el grupo femenino hay un segundo pico que consiste en la posmenopausia. A nivel económico, por ser una enfermedad incapacitante genera grandes costos para el sistema.

Como diría el refrán, viendo es como se aprende. Aquí les comparto esta película titulada melancolía, y sería interesante que previamente observaran la clasificación del CIE 10 y el DSM IV para depresión y así observar la película con actitud crítica intentado identificar la sintomatología de los personajes.

Esto ha sido todo por hoy, feliz fin de semana!!





No hay comentarios:

Publicar un comentario